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miércoles, 4 de marzo de 2015

Felicidad, sin excusas

¿Cuándo fue la última vez que te apasionaste por algo, que te desviviste por ello porque la emoción te consumía? ¿Dónde se han escondido la chispa que iluminaba tus ojos y la ilusión que despertaban tus palabras? ¿Dónde ha ido a parar tu pasión, tu entusiasmo, tus ganas de vivir?

Tu excusa es siempre la misma: “¡Ya no tengo suerte en nada!”, y el ceño fruncido ha pasado a formar parte de tu expresión natural. No me gusta. No me gusta nada. La suerte te ha descuidado un poco, es cierto. Pero la suerte es solo un factor externo y esporádico del que no se puede depender. Y por eso, en estos casos, siempre hay que disponer de un Plan B: Volver a ser feliz.

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