Y de pronto te vas a otro lugar a rehacer tu vida. Dejando un vacio en mi vida, en mis días, en mi...
El día que me enteré de ello, me trague mis lágrimas, porque sabía que era lo mejor para ti. Pero no hay nada que pueda expresar como me siento sin ti. Ni nadie iguala la tranquilidad que me transmitía tu presencia. Tú me enseñaste la verdadera amistad. Esa que pasé lo que pasé está en pie.
Todas las tardes sin rumbo, consejos infinitos, miradas que lo decían todo...
Esta claro por nuestras conversaciones diarias, que somos un desastre en el amor y en la vida en general, pero estando juntas todo era menos triste. Tú la cordura y yo la locura.
En mis peores momentos estabas, al igual que yo en los tuyos. Llorar a tu lado era la mejor terapia del mundo. Tus lecciones no cayeron en saco roto. Sabes que simplemente necesito romperme los dientes contra el error para verle. Te agradezco tantisimo todo lo que has hecho por mi, de corazón. Tu ausencia me pesa y me duele. Te quiero choca.
Si a ti te hacen daño, a mi me duele.
Si a ti te insultan, a mi me afecta.
Si tú lloras, yo te hago reir.
Si tú estás alegre, yo me siento feliz.
Hagas lo que hagas con tu vida, siempre estaré aquí para todo. Yo solo te deseo toda la suerte del mundo, que es lo que mereces. Ni más, ni menos. Ser feliz...
Eres, fuiste y serás mi trébol de cuatro hojas, amiga.
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